31 octubre 2006



No eran nada, sólo un relleno para el fondo del escenario, que en tantas ocasiones carecía de decorado para los números musicales. Se contrataban en masa, cuarenta, cincuenta, sesenta chicas de conjunto, salían bastante baratas. Su nombre no aparecía en ningún cartel ni en la propaganda de mano, porque se las anunciaba como a los toros “15 bellas señoritas 15”. No eran demasiado guapas, porque las vedettes protestaban cuando alguna lo era y no paraban hasta quitarse esa competencia. No eran demasiado feas, porque la Revista era la Revista a fin de cuentas.

A veces les tocaba hacer los coros, aunque no sabían cantar demasiado. Sabían bailar lo justo, resultaban agradables como bailarinas, no virtuosas. Tenían catorce, quince años cuando se enrolaban en la compañía de revistas de turno, muchas veces huyendo del hambre, o con ínfulas de artista, o con necesidad de escapar del hogar familiar.
La historia era siempre la misma, y la chica siempre la misma. Llegaré allí, estaré un tiempo de chica de conjunto, pero después mi gran valía será reconocida, me ascenderán, y seguiré ascendiendo hasta llegar a ser, algún día, la primera vedette.

Lo cierto es que se pueden contar con los dedos las ocasiones en que el sueño se cumplió. Lo normal era que perdieran la juventud y la salud aguantando todo tipo de tropelías laborales y personales, cobrando una miseria y a veces trabajando sólo por cama y comida, y cuando crecían demasiado, se volvían a su pueblo con el rabo entre las piernas y el honor mancillado, porque no se podía ser artista y decente a la vez, todo el mundo sabía eso. O se quedaban en la gran ciudad, a servir. O a lo que saliera.

No eran nada, o casi nada. Se llamaban Pepa, Antonia, Juana, Pilar. Nada.

30 octubre 2006


Apenas era un niño cuando dejó la sombrerería en la que trabajaba como chico de los recados, para irse de ayudante con un mago que hacía bailar a una gallina. Salió corriendo cuando descubrió que la magia consistía en poner al animal sobre una plancha al rojo vivo.

1.920, era cuando el Paralelo de Barcelona estaba plagado de academias para artistas de variedades, al amparo del Molino. La comedia musical catalana, un género en sí misma, enloquecía a las masas no sólo en el Molino, también en el Bataclán, en el Cómico, en el Español, en el Apolo...Alady componía sencillos números musicales y cuplés que un día le pondrían en lo más alto. A caballo entre Madrid y Barcelona, tras pasearse por todas las plazas de los pueblos de la posguerra, triunfó y fue sostén en el descenso de escaleras para centenares de vedettes, algunas de las más grandes, la mayoría sólo aves de paso.

Formó pareja profesional con Lepe, otro entusiasta de la supervivencia ante aquel público que abuchea, relincha, lanza objetos, insulta, acosa y derriba a la primera oportunidad al artista que carezca de armas para hacerle frente: ingenio, improvisación, descaro, rapidez mental y mucho arte. Hoy ese público saca entrada para el fútbol.

Alady fue el primer cómico que vistió al humorista de smoking y prescindió del maquillaje y de la base gestual del payaso para pasar a apoyarse en un humor de salón, más elegante, humor más blanco que sembró la semilla de la revolución y comenzó lentamente a suavizar el género hasta llegar, años después, a transformarlo por completo, ya en otras manos.

29 octubre 2006


Estas son Borrachas Provincianas, estrellas del Festival Mira Una Moderna (MUM) al que acudo con maravilla cada año que lo recuerdo, a rodearme de modernas aunque entre ellas no pinto nada, pero me gusta divertirme en el exceso por la diferencia que nos iguala a todos. A veces se usan máscaras de violencia social o de aburguesamiento o de sainete andaluz, a veces se usan máscaras más antiguas y más personales. Es un baile de máscaras a fin de cuentas, como todo lo demás, sólo que aquí el juego se tipifica con encanto, se cobra entrada y se persigue un fin común: alejarse lo máximo posible de una misma, hasta quedarse pegada a la propia espalda.

Estos grupos de nueva creación piensan que vienen a revivir la movida madrileña, y en realidad, no hacen sino regresar a los principios más limpios de la Revista. La música, la puesta en escena, la intencionalidad y la temática hablan a gritos de noches de variedades en el Molino del Paralelo catalán de los años sesenta, de Johnson, de la Maña, de Ocaña, de Madame Arthur, de Alady.

Al MUM le falta exclusivamente una pareja de cómicos que introduzca a los artistas y haga sus propios intermedios de humor, sobre algún tenue hilo conductor como excusa, para poder ser con todas las de la ley lo que en realidad ya es, sin saberlo o sin quererlo: Revista Musical.





28 octubre 2006





Resulta que se le hizo una entrevista a Pepe Rubianes en un canal de televisión catalán, a principios de año. El motivo era la presentación de una función de teatro, “Lorca eran todos”, que el actor mantiene en gira.
Resulta que Pepe Rubianes se pone a hablar sobre la memoria histórica, sobre las fosas comunes que nos dejó la guerra civil, sobre una transición que jugó a ser de todos sin serlo. Resulta que, de modo más bien anécdotico, el actor da su opinión sobre esa España fascista y asfixiante que tritura y asesina, esa España rancia de misa de doce y tiro en la nuca.
A los seis meses, aquella opinión sobre la España fascista es utilizada por el alcalde de Madrid, el señor Gallardón, para censurar la función “Lorca eran todos” en los teatros públicos dependientes del ayuntamiento. Decir dependientes del ayuntamiento es lo mismo que decir propiedad del pueblo de Madrid, sin embargo, el señor Gallardón se comporta como si Madrid fuese su chalet privado, y se permite el lujo de prohibir la entrada a invitados no deseados: la libertad de expresión y su amiguita putera, la libertad de pensamiento.
Resulta, además, que no ha ocurrido absolutamente nada. Por mucho menos, se censuró a Dagoll-Dagom en Alicante y a Leo Bassi en el secarral manchego. Y no ha pasado nada. Ni manifestaciones, ni huelgas, ni grandes escándalos.
Ustedes se han pensado que esto no les toca de cerca, que porque una función de teatro, o dos o tres o cincuenta, se prohíban en un teatro público es una cosa que tampoco va más allá. Y se están ustedes equivocando. Están ustedes, sin darse cuenta, diciéndole al lobo: cómeme, que me lo merezco por gilipollas.

Cuando venga el lobo a morderles las piernas y les pille por sorpresa, ya veremos lo que piensan ustedes del lobo.



La famosa entrevista a Pepe Rubianes completa y con las declaraciones sobre la unidad de España dentro de contexto.

27 octubre 2006

Gran Raquel







Esta es Raquel Meller según Sorolla, que la pintó en 1.918. Era poquita cosa, y sin embargo, fue una revolución, la señora de las señoras del cuplé en los escenarios de todo el mundo. Ganó más dinero que cualquier otro artista de su época, y firmaba cheques en blanco como si fueran autógrafos al portador. En Barcelona tiene una estatua preciosa, pequeñita, caracterizada como La Violetera, uno de sus primeros grandes éxitos. Hoy casi nadie se acuerda de ella. Yo sí, Raquel, yo sí.