14 enero 2007





A Mary Santpere la llamaban la Reina del Paralelo. Hija de Josep Santpere, "Papitu" le decía ella, tremendo personaje del teatro barcelonés de los años 30, Mary encarnó con frescura el centro neurálgico de la Revista Musical Catalana, casi un género aparte, tan despegado de la Revista madrileña que cuando profesionales como Alady, o como la propia Santpere, saltaban a los teatros del centro del país, encontraban un público muy distinto, otro tono, una manera de hacer teatro que requería cierto período de adaptación. Aunque eso es sólo otra muestra de la diversidad y la riqueza de la Revista Musical, y de su inaudita capacidad de transformación.


La Santpere llegó a ser una intocable, una especie de show-woman que cabía en cualquier parte, y que en todas contaba con el cariño del público. Su aportación a la Revista Musical Catalana no se puede listar en frío, ni separar de sus colaboraciones en el cine, en decenas de películas. Desde la gira sudamericana con la compañía de Joaquín Gasa, hasta el espectáculo "Luces de Madrid" con Carmen Morell y Ángel de Andrés, la Santpere no pierde oportunidad de hacerse un hueco en la historia del teatro, con una personalidad que arrasa y la diferencia del resto. En el Circo Price demuestra lo versátil de su talento ante todo el país: presentadora, payaso (fue la primera mujer payaso de Europa), o incluso de mujer forzuda,... y en el 76 en el Teatro Romea defiende a doña Inés con la misma soltura con que hubiese podido atacar el papel de don Juan.

Grandullona, pícara tierna, elegante en su porte desgarbado, Mary Santpere ejercía de maestra de ceremonias sobre el escenario, un punto por encima de su propio personaje, y llegó a ser una especie de garantía de calidad, de sello que validaba el espectáculo, gracias a una capacidad magnética para el humor, para la improvisación y la comunicación con el público, que la recibía sin reservas como quien recibe a una amiga de toda confianza.

3 comentarios:

Los Burgomaestres dijo...

Enhorabuena por el weblog. Está tan bien escrito que haces que resulte interesantísimo un tema que sin duda lo es, pero al que nunca había prestado atención. Así que, además de mi admiración, vaya también mi gratitud. Un aplauso burgomaestril.

Anónimo dijo...

Voy arriba y abajo, cavilo, no sé si no será una impertinencia,pero... por favor, a mí el puesto que me gusta en la revista es el de cerillera, labores canarias, peninsulares, habanos, puritos turcos...la que cuida los aseos, y lo mismo da una puntada en un descosido que ayuda a aprenderse un papel a los desmemoriados...
Directora de baile es un puesto que me viene grande, no me hago a él, y se están riendo de mí hasta las coristas viendo que no atino... Déjeme cambiar, por favor.
Quedo respetuosamente a sus órdenes

Ana Julia dijo...

Pero mujer, si lo está haciendo usted muy pero que muy bien, lo del otro día fue un accidente sin importancia, y la bailarina ya está escayolada y recuperándose de la caída, no se preocupe tanto, y póngase lo antes posible con el nuevo número, y no haga caso de rumores y mezquindades, que los artistas son así, ya lo sabemos. Ande, ande y vuelva al trabajo, y no me entretenga con sus glorias de cerillera, que para eso ya tenemos a la Colasa, que a la par ejerce de meretriz y ameniza la entrada con sus turbios encantos una verdadera barbaridad.