Esperanza Roy tenía que hacer Revista porque eso pasa cuando se sirve para todo. En cine de terror, en clásicos en verso, en los destapes de la transición, en comedias ligeras como el viento o tragedias férreas, Esperanza es la actriz que de tanto estar correcta en todas partes, no parece destacar en nada en particular. Mentira, claro.

Lo destacable es su capacidad para el cambio, su adaptación al medio como un animal salvaje que igual imprime sus huellas sobre roca que sobre arena. La Roy representó una mujer nueva cuando ser mujer estaba prohibido. Añadió su genio a la picardía erótica del escenario revisteril, sin rebajarse a lo soez ni vender carne barata.

Tiene clase la Roy, es furiosa, es elegante. La Roy tenía que hacer Revista porque eso pasa cuando se sabe hacer de todo, y todo bien. Y ella lo ha hecho todo, el drama, la comedia, la Revista, el verso, el desnudo, sin parecerse a nadie: a lo Roy.