22 abril 2007




PASTORA IMPERIO (2ª parte)



Mariano Benlliure esculpió su figura en la escultura “La bailaora” y Romero de Torres, que la pintó varias veces, la plasmó en el lienzo “La consagración de la Copla“. A Raquel Meller se la oyó comentar “Pastora Imperio canta por decreto”. Y es que Pastora era mucha Pastora...

Manuel de Falla le dedicó “El amor Brujo” que en 1.915 estrenó en el Teatro Lara de Madrid. Se retiró en diversas ocasiones, reapareciendo otras tantas. Tenía 69 años cuando se presentó en el Eslava en un espectáculo de Luis Escobar bailando y cantando el "Tango del Morrongo", insinuante pieza musical de la Revista “Enseñanza Libre”. Pastora Imperio que supo engranar el baile con el cuplé y la tonadilla consiguió éxitos tan notables como: “Macarenas”, “Achares”, “Guitarra agarena”, “Pastora ha vuelto” y “La nieta de Carmen”.

Considerada la artista más representativa de su época, Pastora, autodidacta y renovadora del baile flamenco, creó su propio estilo. Estaba en posesión entre otras muchas distinciones del Lazo de Dama de Isabel la Católica y la Primera Medalla de Oro de la Semana de Estudios Flamencos de Málaga. Inteligente, afectuosa y muy generosa para con los suyos, disfruto de un retiro feliz rodeada del cariño de su familia. Falleció de un paro cardiaco en su domicilio de la calle O`Donnell el 14 de septiembre de 1979.

Su tumba se encuentra en la Sacramental de San Justo y Pastor en el patio de San José y San Pedro, un recinto techado que, precisamente por estar cubierto, es lugar predilecto entre los gitanos.

www.olgamariaramos.com

1 comentario:

Anónimo dijo...

La famosa escultura de Benlliure (yo desconocía, eso sí, que la modelo hubiera sido nada menos que Pastora Imperio) pude contemplarla hace años e el curso de una recepción en la magnífica embajada italiana en Madrid con ocasión de la fiesta nacional de la República Italiana. Tras el saludo protocolario al embajador y a su señora (marqueses, por cierto, lo que no deja de tener su morbo en una República que además, oficialmente, abolió los títulos) y el esplénddido buffet con mozzarella "verace" (traída en avión del Lacio, según nos dijeron) que duró lo que un suspiro, algunos invitados nos esparcimos por los aristocráticos salones y allí estaba ella, la primorosa escultura de Benlliure, toda ella un primoroso encaje de piedra y con una gracia y un movimientos que no son para explicados, sino para verlos.